Aspectos Principales de la Tesis de la Dra. Dolores Arriaga. |
Una introducción bastante
amplia sobre depresión, fue la hecha por la Dra. MARIA DOLORES ARRIAGA
CAMACHO[1],
y presentada en su tesis la cual se presenta a continuación:
MARCO TEÓRICO OCCIDENTAL
Los trastornos del estado de ánimo (Trastornos afectivos) son comunes,
potencialmente mortales, y
altamente tratables.
Constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades típicamente recurrentes
que incluyen al trastorno depresivo mayor,
trastorno bipolar (I y II), distimia, ciclotimia, trastornos del
humor debidos a una condición médica general, inducido por sustancias, y
las categorías generales de los desórdenes depresivos y bipolares no
especificados.
[2]
Consisten en alteraciones del humor con carácter
infiltrativo, que se acompañan de disfunción psicomotriz y
síntomas vegetativos.
[3]
La depresión es una enfermedad mental, con frecuencia subdiagnosticada y
subtratada, que afecta a millones de personas (17-20%),
predominantemente mujeres, y causa graves pérdidas económicas por
incapacidad, además de ser un factor de riesgo para otras enfermedades
como la cardiopatía isquémica. Se caracteriza por una alteración
principal en el afecto, con episodios que pueden durar varias semanas o
meses. Los pacientes sufren de incapacidad para experimentar placer y
pérdida de interés en todo, con sentimientos de infravaloración, culpa y
déficit cognitivos junto con alteraciones del apetito, el sueño y el
deseo sexual.
10
El ánimo se entiende como el estado emocional o experiencia afectiva
predominante. El afecto como el sentimiento asociado a la idea o la
expresión de las emociones del paciente. Emociones (experiencias
afectivas de corta duración), ánimo (experiencia más duradera: días a
meses) y temperamento (experiencia afectiva determinada genéticamente
pudiendo durar años o décadas) La vida afectiva podría ser definida
entonces, como un conjunto de estados que el individuo vive de forma
propia (subjetiva), que marcan su personalidad y su conducta
(trascienden) y se expresan generalmente en forma polarizada (alegría
vs. tristeza; placer vs. dolor). Las emociones básicas son universales,
sugiriendo que no son un resultado del aprendizaje sino que diferentes
redes neurológicas deben dar cuenta de diferentes emociones primarias en
humanos.[4]
La tristeza y la alegría son parte de la vida cotidiana, que conviene
diferenciar de la depresión
y del júbilo morboso. La tristeza y la depresión normales son respuestas
humanas universales ante la frustración, la decepción y otras
situaciones adversas; dicha respuesta puede ser adaptativa, con un
retraimiento que conserva intactos los recursos internos de la persona.
El duelo normal, prototipo
de la
depresión reactiva, tiene
lugar como respuesta a separaciones y pérdidas significativas. La pena
puede manifestarse por síntomas de ansiedad, como insomnio, inquietud e
hiperactividad del sistema nervioso autónomo, sin llegar a una depresión
clínica, salvo en personas predispuestas para padecer un trastorno del
estado de ánimo.
7
La exaltación, usualmente
relacionada con el éxito y los logros, a veces se considera una defensa
frente a la depresión o una negación del dolor por una pérdida. En
personas predispuestas a ello,
tales reacciones puede llevar a un estado de manía. Por el
contrario, frente a acontecimientos positivos puede darse una
depresión paradójica, quizás
debido al aumento de responsabilidades asociadas a la nueva situación
que hay que encarar solo.
7
Se llega al diagnóstico de depresión o manía cuando la tristeza o la
alegría son notoriamente intensas y van más allá de lo que cabría
esperar como efecto de un factor estresante de la vida o cuando una u
otra surgen en ausencia de estímulo. La depresión y la manía clínicas,
al revés que las reacciones emocionales normales, causan notable
deterioro del funcionalismo físico, social y laboral.
7
En su forma de síndrome integral, la depresión clínica se manifiesta
como trastorno depresivo mayor,
con una evolución episódica y grados variables de manifestaciones
residuales entre episodios. La
melancolía (antes denominada
depresión endógena) constituye un cuadro clínico cualitativamente
distinto, caracterizado por una notable lentitud (de pensamiento y
actividad) o agitación psicomotríz (p. ej., inquietud, retorcerse las
manos, habla atropellada), pérdida de peso, culpabilidad irracional y
pérdida de la capacidad para experimentar placer. El estado de ánimo y
la actividad varían a lo largo del día, con su punto más bajo por la
mañana. Hay datos de insomnio. El deseo sexual a menudo falta o está
reducido. Puede haber amenorrea. La anorexia y la pérdida de peso pueden
conducir a emaciación y alteraciones secundarias del equilibrio
hidroelectrolítico. (15% de los expertos considera las
manifestaciones psicóticas como un
subtipo depresivo psicótico o
delirante. El paciente puede tener delirio de haber cometido pecados
o crímenes imperdonables, alucinaciones visuales o auditivas acusatorias
son poco frecuentes. Los sentimientos de inseguridad e inutilidad pueden
llevar a algunos pacientes a creerse observados o perseguidos. En
algunos casos el individuo piensa que padece una enfermedad incurable y
que está contagiando a otros. La prueba de supresión de dexametasona en
pacientes con depresión psicótica es claramente positiva.7
En la depresión atípica
los signos vegetativos dominan
el cuadro clínico, incluyendo síntomas de ansiedad
y fobia, empeoramiento nocturno, insomnio inicial, hipersomnia
que a menudo se extiende a lo largo del día e hiperfagia con ganancia de
peso. Al revés que los pacientes con melancolía, los pacientes con
depresión atípica muestran un estado de ánimo colorista ante posibles
acontecimientos positivos, pero a menudo se derrumban ante las menores
adversidades, cayendo en una depresión
paralizante. En otro tipo de pacientes aquejados de
depresión enmascarada, ésta
no se experimenta conscientemente, sino que el individuo se lamenta de
estar físicamente enfermo y se cubre con una máscara defensiva de
aparente jovialidad (depresión sonriente). En otros casos, surgen quejas
de fatiga, dolores de
diverso tipo, miedo a las
calamidades y temor de volverse loco. La latencia de REM está acortada
en este tipo de pacientes, lo que apoya la naturaleza afectiva de la
presentación clínica.
7
En el trastorno distímico
los síntomas suelen iniciarse de forma insidiosa en la infancia o la
adolescencia y siguen una evolución intermitente o de baja intensidad a
lo largo de muchos años o décadas: personas habitualmente tristes,
pesimistas, ariscas o incapaces de pasarlo bien, pasivas y letárgicas,
introvertidas, escépticas, hipercríticas o quejosas; autocríticas, con
reproches y desprecio hacia sí mismas, amén de preocupadas por resultar
inadecuadas o fracasar y por acontecimientos negativos.
7
Trastorno bipolar,
uno de cada cinco pacientes depresivos también desarrollan franca
hipomanía o manía, la mayoría en los 5 años que siguen al comienzo de
las manifestaciones depresivas. Los factores que predicen el cambio son
el comienzo precoz de la depresión (antes de los 25 años), la depresión
posparto, los episodios frecuentes de depresión, la rápida mejoría del
estado de ánimo con tratamientos somáticos y los antecedentes familiares
en tres generaciones consecutivas. En el
trastorno
bipolar I alternan los episodios maníacos floridos con los de
depresión mayor. En el trastorno
bipolar II los episodios depresivos alternan con fases de hipomanía.
Una entrevista puede poner de manifiesto signos morbosos, como gastos
excesivos, escapadas sexuales impulsivas y consumo abusivo de drogas
estimulantes. Los pacientes con episodios de depresión mayor y
antecedentes familiares de trastornos bipolares (bipolar
III) a menudo muestran tendencias sutilmente hipomaníacas; en ellas
el temperamento se denomina
hipertímico (es decir, se trata de personas impulsivas, ambiciosas y
orientadas hacia el éxito).
7
Trastorno ciclotímico
aquí se alternan períodos hipomaníacos menos graves y los minidepresivos
según una pauta irregular, con una duración de pocos días para cada
período, suele ser precusor del trastorno bipolar II.7
En los últimos años se está
presentando una atención creciente a la depresión en la edad escolar e,
incluso preescolar.
Los casos graves tienden a presentarse en familias con depresión, lo que
indica un componente genético,. Las manifestaciones fundamentales de la
depresión infantil son similares a las de los adultos, pero relacionadas
con las vivencias típicas de los niños, como el trabajo escolar y los
juegos. Los síntomas consisten en aspecto triste, apatía y retraimiento
social, disminución de la capacidad para el placer, sentimiento de
rechazo y falta de estima, molestias somáticas (cefaleas, dolor
abdominal, insomnio) episodios de conducta alocada y payasadas y
sensación persistente de culpa. Las reacciones depresivas crónicas
evolucionan con anorexia, pérdida de peso, enuresis, sensación de
abatimiento e ideas de suicidio. En ocasiones, la hiperactividad, la
agresividad y la conducta antisocial enmascaran una
depresión.
7
La depresión en la adolescencia es frecuente,
comportamiento irritable-desafiante, con diversos trastornos de conducta
asociados: consumo de sustancias psicoactivas, conductas parasuicidas,
problemas escolares[5],
en éste grupo de edad tiene una importante
base genética y
cuanto antes se manifiesta en los progenitores, más precozmente lo hace
en los adolescentes. Los síntomas son parecidos a la depresión de los
adultos, pero los signos resultan modificados por las circunstancias de
la vida adolescente. Por ejemplo el abuso de sustancias es un método
frecuente de automedicación para la depresión. Los adolescentes más
jóvenes pueden tener dificultades para expresar sus sentimientos o
estados de ánimo íntimos por razones de desarrollo, mientras que los que
se encuentran en etapas medias o avanzadas de la adolescencia pueden
creer que hacerlo es un síntoma de debilidad. Hay que considerar éste
diagnóstico cuando el rendimiento escolar baja, se aparta de la sociedad
o comete actos delictivos.
7
EPIDEMIOLOGIA
En el 20% de las mujeres y el 12% de los hombres se da a lo largo de la
vida algún episodio de trastorno del estado de animo que puede requerir
de atención especializada. Tales cuadros constituyen en su mayoría
trastornos depresivos mayores y sus variantes. Él numero de mujeres
afectadas por depresion es el doble que el de hombres, mientras que el
trastorno bipolar se presenta por igual en ambos sexos; sin embargo, las
formas depresivas predominan en las mujeres y las variantes maniacas en
los hombres. El trastorno bipolar suele iniciarse hacia los 20 o 30
años; los trastornos unipolares lo hacen por termino medio entre los 20
y los 40. Las personas nacidas en las dos décadas posteriores a la
segunda guerra mundial presentan mayores tasas de depresion y suicidio,
a menudo asociadas a cifras mas elevadas de consumo abusivo de
sustancias, que las nacidas
antes de ese periodo. Pertenecer al sexo femenino es el principal riesgo
demográfico para la depresion, factores como la clase social, nivel
cultural o raza no se han vinculado claramente. Los factores culturales
parecen modificar las manifestaciones clínicas. Por ejemplo la rumiación
culposa y los autorreproches son más característicos de la depresion en
las culturas anglosajonas, mientras que la manía es mas florida en
países mediterráneos y africanos. En varones se han ligado a mayores
tasas de suicidio la presencia de factores económicos
7
En la actualidad el transtorno depresivo mayor es la segunda causa de
incapacidad en los paises desarrollados y la cuarta en el ámbito
mundial. Se considera que para el año 2020 pasará a ser la segunda. El
aspecto de mayor importancia de la depresion es el impacto que produce
sobre el funcionamiento psicosocial en particular y
en la calidad de vida en general. Los sujetos deprimidos tienen
un nivel funcional deteriorado en aspectos como el rol familiar, el
ocupacional y el marital. Los enfermos manifiestan tener relaciones
interpersonales de baja calidad y mayor insatisfaccion en sus
interacciones sociales.
[6]
En México en la última Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica
(ENEP) de septiembre a
diciembre del 2001 y de enero a mayo del 2002, cuya población blanco fue
la no institucionalizada, con un hogar
fijo, de 18-65 años de edad y que viven en areas urbanas se
reportó que alrededor del 54% fueron mujeres, 40% tenía entre 18 y 29
años y 68% tuvo únicamente estudios
primarios. El 28% de
la poblacion presentó alguno de los 23 trastornos de la CIE alguna vez
en su vida. Por tipo de trastornos, los más frecuentes fueron los de
ansiedad (14.3%), seguidos por los del uso de sustancias (9.2%) y los
afectivos (9.1%). Por trastornos individuales los mas frecuentes
fueronlas fobias (7.1), seguidos de los trastornos de conducta (6.1%),
dependencia al alcohol (5.9%), la fobia social (4.9%) y el episodio
depresivo mayor (3.3%). La ansiedad de separacion (mediana de inicio a
los 5 años) y el trastorno de atencion (6 años) son los dos
padecimientos más tempranos.
La region centro-oeste es la que presenta la prevalencia más elevada de
trastornos en la vida (36.7%) explicada por el elevado índice de
trastornos por uso de sustancias. El área metropolitana muestra el
índice más alto de ansiedad (3.4%) y la region norte mayores trastornos
por uso de sustancias (1.7%). Solo uno de cada 10 con un trastorno
recibió atencion, uno de cada 5 con dos o mas y uno de cada 10 con tres
o más.
[7]
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La depresión ha acompañado al hombre, quizás, desde su origen; en la
Biblia en el Libro de los Reyes, Saúl de Nabucodonosor muestra síntomas
que muy bien hoy se pueden clasificar como depresión. Hipócrates fue el
primero en definir la melancolía. Galeno, en el siglo II, identifica
tres formas de melancolía: la cerebral, la corporal y la del tubo
digestivo.
Adolf Mayer fue el primero en considerar que tanto factores biológicos
como medioambientales contribuían a la aparición de los trastornos
depresivos. Él utiliza el término depresión, pues melancolía hacía
referencia a causas puramente biológica. Así, el término "depresión"
denota un grupo de condiciones que van desde una respuesta disfórica a
eventos medioambientales adversos hasta un síndrome médico caracterizado
por un ánimo depresivo constante acompañado de síntomas fisiológicos de
aparición espontánea en algunas ocasiones. La "respuesta disfórica" fue
definida en décadas pasadas como "depresión reactiva" o "depresión
neurótica", mientras el cuadro definido de sintomatología depresiva de
aparición espontánea fue llamado "depresión endógena" (lo que hoy
conocemos como trastorno depresivo mayor tipo melancólico).
8
ETIOPATOGENIA
1. Genética:
Winokur et al. llevaron a cabo un estudio familiar de 100 pacientes
unipolares hospitalizados y encontraron que el riesgo para trastornos
afectivos fue mayor en los parientes de primer grado de pacientes con
inicio temprano (< 40 años de edad) y que las mujeres con un inicio
temprano del trastorno tienen una mayor probabilidad de tener parientes
con alcoholismo y sociopatía.
Estudios con mellizos revelan rangos de concordancia entre el 40%-43%
para monocigóticos y entre el 11%-18% para dicigotos. Otros reportan
rangos del 33% vs. 14% cuando se presentan menos de 3 episodios y del
59% vs. 14% con 3 o más episodios. Tasas más elevadas han sido
reportadas por Wender y colaboradores, con 76% para monocigóticos y 19%
para dicigóticos; sin embargo las tasas de los monocigóticos caen a un
67% cuando estos han sido adoptados por diferentes familias. Debe
tenerse en cuenta que el inicio temprano del trastorno indica una forma
severa de mayor penetrancia genética. La depresión mayor es 2 veces más
común en hijos de padres que presentan su primer episodio depresivo
antes de los 20 años. Pero, en aquellos padres cuyo primer episodio es
posterior a los 40 años, el riesgo para los hijos no es superior al de
la población general. Por otro lado un estudio con mujeres mellizas con
depresión leve mostró tasas de concordancia del 49% para monocigóticas y
del 42% para dicigóticas, lo que habla de una menor influencia genética
y una mayor participación de factores medioambientales.
8
Dos estudios recientes ponen a la genética como foco de atención. El
primero publicado en la revista
Science, identifica cómo un polimorfismo funcional de la región
promotora de la molécula trasportadora de serotonina (5-HTT) incrementa
el riesgo de presentar depresión en sujetos que han experimentado un
suceso estresante. Un segundo estudio aborda la participación de la
genética en el desarrollo de la depresión
y del inicio temprano recurrente por medio de estudios de
ligamento, mostraron que los sujetos con mayor riesgo genético (los
pares sanos de los gemelos monocigóticos deprimidos) experimentaron la
mayor tasa de depresión ante la presencia de un acontecimiento adverso
(15%), mientras que los de menor riesgo (ambos gemelos monocigotos sin
depresión) tuvieron la menor tasa (6%)
[8]
Varios estudios muestran la importancia de entender la interacción entre
factores genéticos y
ambientales en el desarrollo de la depresión,
Kendler, por ejemplo, mostró en el seguimiento de gemelos tanto
monocigotos como dicigotos con antecedentes depresivos, que los genes y
el ambiente se combinan para desarrollar la enfermedad.
9
2. Hallazgos neuroanatómicos y neuroimagenológicos:
Estudios con RM han mostrado que las áreas del tallo cerebral, del
vermis superior y posterior del cerebelo, la médula, el caudado, el
putamen y el lóbulo temporal, son significativamente más pequeñas en los
pacientes deprimidos, mientras se aprecia un aumento en los ventrículos
cerebrales con hiperintensidades en la subcortical, región
periventricular, caudado y ganglios basales. Adicionalmente, la corteza
prefrontal ventral se ha observado reducida en el volumen de la materia
gris en el 48% de los pacientes unipolares. En pacientes de edad con
trastorno depresivo mayor (depresión geriátrica) y en pacientes con
depresión psicótica se encuentran alteraciones en la TAC con aumento en
el tamaño de los ventrículos laterales y del tercer ventrículo, atrofia
de los surcos corticales y del cerebelo.
Estudios con PET y SPECT y
activación cerebral farmacológica o neuropsicológica, revelan una
disminución del metabolismo frontotemporal (polo temporal anterior
bilateral), hipofrontalidad (corteza orbitofrontal izquierda, prefrontal
antero lateral dorsal izquierda y corteza prefrontal subgenual),
hipometabolismo de ganglios basales e hipoperfusión de lóbulos
parietales y occipitales. La corteza prefrontal subgenual tiene extensas
conexiones con estructuras involucradas en el comportamiento emocional
como la amígdala, el hipotálamo lateral, el núcleo accumbens y
los núcleos aminérgicos del tallo cerebral. Se ha encontrado también
una reducción en el tamaño del giro parahipocámpico derecho en estudios
post-mortem.
8
Las técnicas de imágenes de alta resolución en pacientes deprimidos han
mostrado cambios morfológicos cerebrales, especialmente en áreas del
sistema límbico que se interconectan estrechamente.
La pérdida de volumen del
hipocampo es un cambio característico, lo que podría explicar el déficit
cognitivo que hay en la enfermedad.
También se ha encontrado una
disminución del volumen de la corteza orbitofrontal de los
deprimidos in vivo. Hay evidencias histopatológicas de alteraciones
tanto de neuronas como de glía, los que apoyan los hallazgos con
neuroimagenes.10
3. Alteraciones bioquímicas y morfológicas en la depresión
La depresión como dice Sapolsky, es una alteración biológica real
más que alguna suerte de fallo en el espíritu, en ésta hay
alteraciones endocrinas parecidas a
las producidas por el estrés crónico, un estado de hiperactividad
del eje
hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA) demostrado por un exceso de la
secreción hipotalámica de la
hormona liberadora de la corticotropina (CRH) y un exceso de
secreción de ACTH de la hipófisis anterior, que lleva a un aumento de la
secreción de cortisol por la glándula adrenal con pérdida de su ritmo
circadiano. La hiperactividad del eje HPA se desconoce en la depresión,
pero pueden interactuar factores genéticos y ambientales para inducirla.
Hay una respuesta anormal al test combinado de supresión con
dexametasona y CRH. Este evento está presente en individuos con carga
genética parala depresión.
La dexametasona, un corticoesteroide exógeno, actúa en las células
corticotropas sobre receptores de
glucocorticoides (RG). Estos
receptores son factores de trascripción que actúan sobre elementos de
respuesta negativos en la región promotora del gen de la
propiomelanocortina (macromolécula peptídico precursora de ACTH) e
inhiben la expresión del gen y, por tanto, la síntesis y liberación de
ACTH y la consecuente reducción de cortisol.[9]
物研制
Nuevas hipótesis de la depresión:
se basan en la alteración de la regulación del eje HPA y el hipocampo y
que implican una serie de factores como el CRH, los glucocorticoides
(GC), el factor neurotrófico
derivado del cerebro (BDNF) y la proteína que se enlaza al
elemento de respuesta al AMPc
(CREB), entre otros. Hay
artículos reciente que implican al núcleo accumbens, la amígdala, el
hipotálamo y la corteza frontal en la depresión, además del hipocampo.
10
La CRH es el principal mensajero cerebral, coordina las respuestas
endocrinas, autonómicas, inmunitarias y conductuales al estrés y se cree
que es responsable de la patología endocrina en la depresión y de sus
principales alteraciones conductuales. La inyección de CRH en el cerebro
de animales produce disminución
del apetito, la libido, ansiedad insomnio. La CRH actúa sobre 2
tipos de receptores, CRH1 y 2. En ratones se ha demostrado que los
receptores CRH1 son los que median la conducta de ansiedad. El cortisol
además de controlar
negativamente la liberación de CRH
del hipotálamo, también suprime la secreción de ACTH de la
hipófisis al inhibir la expresión de propiomelanocortina, precursora de
la ACTH. El aumento de ACTH también se explica por unos RG defectuosos
en la hipófisis.
10
El hipocampo ejerce un efecto inhibidor sobre el hipotálamo –regula la
producción de CRH hipotalámica- y es una de las regiones con alto
contenido de receptores
para corticoides, especialmente RG. En la depresión hay una respuesta
disminuida del hipocampo al exceso de cortisol circulante que se ha
atribuido también a una disminución del número o a un defecto de la
función de los RG. El aumento del CRH en el cerebro y la disminución
de la regulación negativa del sistema HPA característicos del
estrés hacen al cerebro especialmente vulnerable a la depresión.
Nemeroff encontró una relación
entre las experiencias traumáticas ocurridas en la niñez
y el desarrollo de depresión en la vida adulta, muestra de la
clara relación entre
eventos estresantes y episodios depresivos.
Las ratas que reciben mucho
cuidado maternal cuando son crías expresan más RG en el hipocampo y
menos CRH en el hipotálamo, y exhiben menos ansiedad de adultos.
La influencia maternal o estímulos táctiles que activan las entradas
ascendentes serotoninérgicas al hipocampo, y la 5-HT dispara un aumento
verdadero de la expresión del gen del RG. Cuando los GC se unen
al RG reprimen la inducción de la trascripción de los receptores
5-HT 1A; esta acción negativa de los GC sobre la señalización
serotoninérgica en el cerebro
puede tener que ver con la fisiopatología de la depresión. Un
ratón mutante sin receptor CRH1 tiene una respuesta aumentada de la 5-HT
hipocampal al estrés, lo que hace pensar que los antagonistas del
receptor CRH1 aumentarían la transmisión serotoninérgica, lo que indica
que la hipótesis del RG con un aumento de la actividad CRH y la
hipótesis de la depresión relacionada con la 5-HT son complementarias
más que excluyentes. Se ha
demostrado en animales de experimentación un aumento de la expresión
genética de los RG en el hipocampo, que ocurre en respuesta a un aumento
de 5-HT a largo plazo. Parece que hay una estrecha relación entre la
5-HT y los GC y la expresión genética de sus receptores, todo lo cual se
ha relacionado con la génesis de la depresión.10
La hipótesis monoaminérgica basada en la deficiencia de una o más
monoaminas es frecuentemente evocada para explicar la fisiopatología de
la depresión.
Esta hipótesis, inicialmente basada en la deficiencia de noradrenalina
(NA) y serotonina (5-HT), se extiende a la dopamina. La depresión es una
alteración común en la enfermedad de Parkinson (EP) y la esquizofrenia
las cuales presentan una disfunción central de la
dopamina, encontrándose además similitudes en los síntomas. La
evidencia bioquímica dopaminérgica en éstos últimos se deriva del
estudio del ácido homovalánico
(AH), que es un metabolito de la dopamina. Se han encontrado
gradientes reducidos de concentraciones plasmáticas veno-arteriales de
AH en pacientes deprimidos. Esto fue probado por la técnica de depleción
aguda de la tirosina. La tirosina es
el precusor de la síntesis de dopamina y cuando se reduce su
disponibiliadad en voluntarios sanos, los resultados tras la aplicación
de ciertas pruebas
neuropsicológicas son similares a las de un paciente con depresión
unipolar. Existen cuatro
vías dopaminérgicas principales en el Sistema Nervioso Central (SNC): la
vía mesocortical, mesolímbica, tuberoinfundibular y nigroestriatal. Los
receptores de dopamina se dividen en dos subfamilias: los similares a D1
y la subfamilia de los D2.
los primeros al unirse a la proteína G, activan a la Adenilciclasa; los
segundos, al unirse a la misma proteína, inhiben a la adenilciclasa. Los
receptores D1 y D2 son los más abundantes en el SNC. Los D2 son pre y
postsinápticos, contrariamente a los D1 y D5 que son principalmente
receptores postsinápticos.
[10],
[11]
Diversos estudios han demostrado que
los receptores D1 y D2 están
involucrados en una regulación positiva de la actividad conductual,
mientras que los D3,4,5 son inhibitorios. También existe evidencia en
cuanto al papel que juegan los receptores de 5-HT en el control de la
transmisión dopaminérgica del cerebro.
La estimulación serotoninérgica
de la corteza prefrontal, el estriado o el núcleo accumbens, liberan
potencialmente dopamina.
11
En pacientes deprimidos se ha observado una regulación compensatoria a
la alta de la densidad de receptores D2 en los ganglios basales/cerebelo
en comparación con sujetos sanos, de acuerdo a la hipótesis
de una asociación entre la depresión y una deficiencia en la
transmisión de dopamina. De manera sorprendente, en pacientes deprimidos
se encontró una regulación a la alta del transportador de dopamina, lo
cual provoca una recaptura de dopamina más efectiva en las neuronas
presinápticas. La anhedonia es un síntoma común en la depresión, y se ha
propuesto que ésta está asociada a una
disfunción en el sistema de recompensa dopaminérgico.
La relación entre dopamina y depresión se confirmó por el hecho de que
los antidepresivos actúan en el sistema dopaminérgico, promueven la
neurotransmisión en el sistema dopaminérgico mesolímbico. Los
antidepresivos de manera crónica, inducen la subsensibilidad
presináptica y/o supersensibilidad postsináptica del receptor de
dopamina, la cual prodría ser medida por la inhibición de los efectos
inducidos por la melatonina.
En la corteza prefrontal de ratas, la desipramina, un potente inhibidor
del transportador de noradrenalina, incrementa las concentraciones
de dopamina al prevenir la recaptura de dopamina en la neuronas
noradrenérgicas. La fluoxetina también incrementa la concentración
extracelular de dopamina en la corteza prefrontal por el mecanismo no
dependiente de serotonina.
11
Sistema inmunitario y depresión:
Citocinas proinflamatorias y citocinas
antiinflamatorias.
Se acepta plenamente la comunicación cruzada entre el cerebro, el
sistema inmunitario y el sistema endócrino. Estas interacciones
son vitales para entender cómo una
disfunción del sistema inmunitario puede explicar la patogénesis
de las alteraciones neuropsiquiátricas, y cómo el estrés psicológico y
la enfermedad psiquiátrica pueden alterar la función inmunitaria. Una
disfunción en las citocinas (CK)
y otros mediadores de la inflamación liberados por el sistema
inmunitario se ha asociado con la depresión. Hay evidencias que implican
el aumento de las citocinas
proinflamatorias (CKPI) en el cerebro con la modulación del sustrato
biológico de la producción de síntomas característicos de la conducta de
la enfermedad: anhedonia, anorexia, alteraciones del sueño y disminución
del deseo sexual. El aumento periférico de las CK puede estar implicado
en la osteoporosis, la
enfermedad cardíaca isquémica y los cambios autoinmunes,
alteraciones que con frecuencia también se asocian a la depresión.
11
El aumento de las CKPI IL-1, IL-6 y TNF liberadas por la microglia y los
astrocitos lleva a un incremento de la actividad del eje HPA con un
aumento de GC, lo que en condiciones normales tiene un efecto
inmunosupresor; este aumento
resulta en una función alterada de los sistemas noradrenérgicos y
serotoninérgicos en el cerebro.
11
4. Relevancia de los estresores sociales
Las teorías biopsicosociales sostienen que factores psicológicos,
biológicos y sociales convergen en déficits reversibles en los sustratos
diencefálicos de placer y recompensa. Así, las pérdidas objetales, la
disminución de la autoestima, el desarrollo de esquemas cognitivos
negativos o la desesperanza aprendida, aunque no determinan por sí
mismas la aparición de un trastorno depresivo, pueden modificar su
expresión y conducir a un inicio más temprano,episodios más severos,
comorbilidad con trastornos de personalidad y mayores intentos suicidas.
Los estresores sociales a su vez son importantes como factores
desencadenantes en los episodios iniciales del trastorno, al punto que
casi un 75% de los pacientes con trastorno depresivo mayor tipo
melancólico han experimentado un evento estresante.
8
“el
dolor es
el medio por el que uno
se decubre a uno
mismo y
a una manera de entender la verdad
básica con relación
a uno mismo;
sufro por lo tanto
soy”
Julien Teppe
El dolor es un evento reconocible, localizable topológicamente, de
duración definible, y de contenido emocional aversivo. El dolor agudo
conducido por el sistema espinotalámico lateral es breve y disminuye
rápidamente en intensidad. El
dolor crónico es persistente y se conduce por el sistema espinotalámico
medial que pasa por los tractos centrales del tallo cerebral, que mandan
impulsos al sistema límbico, que incluye a las regiones subcorticales
del cerebro que intervienen en los procesos afectivos. Según
Melzack, éste sistema es el responsible del componente emocional del
dolor que produce las sensaciones desagradables. Hay tres modelos
básicos de dolor crónico: el foco central irritativo, la deaferentación
y la hiperestimulación (presente en los síndromes de Lesh-Nyhan, Gilles
de la Tourette, analgesia congénita, y los trastornos psiquiátricos como
el obsesivo compulsivo, depresión
y esquizofrenia). Se ha
relacionado al sistema límbico con los procesos afectivos y
cognoscitivos. Una de las áreas
cerebrales vinculadas al sistema límbico es la corteza anterior del
cíngulo (CAC) cuya ablación (cingulotomía) disminuye la sensación
dolorosa desagradable en algunos pacientes con dolor crónico. Por otro
lado, una de las estructura estrechamente relacionadas con el sistema
límbico, y más específicamente con la CAC, es el
área tegmental ventral (ATV).
Diversos trabajos postulan la acción dopaminérgica de éste núcleo sobre
la CAC. Esta recibe proyecciones neurales, principalmente
dopaminérgicas, del ATV por medio del haz medial del cerebro anterior.
Se ha indicado que la estimulación eléctrica del ATV aumenta el umbral
de la respuesta conductual a la estimulación nociceptiva en la rata. Más
aún, hay evidencia electrofisiológica de la actividad de las neuronas
nociceptivas en la CAC, susceptibles de inhibirse por la estimulación
eléctrica del AVT. En las
ratas neurectomizadas se ha observado que la autoestimulación del AVT
disminuye la conducta de autotomía; y
por el contrario, la lesión de éste núcleo induce un incremento
en esta conducta.
[12]
CUADRO CLÍNICO DE LA DEPRESION
Afecto deprimido (en el 100% de los casos) que tiende a ser menos severo
en horas de la tarde. indicado por un reporte subjetivo (sentimientos de
tristeza o vacío) o por observación de otros (apariencia triste). En
niños y adolescentes puede verse como ánimo irritable.
· Anhedonia o inhabilidad para experimentar placer y emociones normales
como llorar. Se diferencia del aplanamiento afectivo del paciente con
esquizofrenia en que la anhedonia se vivencia como egodistónica y se
exterioriza el malestar.
· Alteraciones psicomotoras en forma de agitación o retardo
(bradipsiquia); este último manifestándose por postura decaída, fatiga,
disminución de la fluidez verbal y aumento de la latencia de respuestas,
sentimiento que el tiempo pasa lentamente, rumiación de pensamientos,
indecisión y disminución de la concentración. El estupor puede
presentarse con compromiso en las funciones biológicas elementales como
la alimentación. La presentación de fatiga como síntoma aislado se ha
asociado a la aparición posterior de depresión en hombres.
· Alteraciones cognitivas con ideas de deprivación y pérdida, baja
autoestima, marcado autoreproche y culpa, desesperanza y pesimismo y
recurrentes pensamientos de muerte e ideas suicidas; a veces, en casos
severos, pueden presentarse ideas delirantes congruentes o no con el
estado de ánimo.
· Insomnio (80-85% de los casos) con despertar temprano por
adelantamiento del ciclo sueño-vigilia (5 p.m. a 2 a.m. p.ej.),
disminución del número e intensidad de los husos del sueño y de las
fases 3 y 4 con disminución de las ondas delta; también disminución de
la latencia del REM e incremento del mismo en la primera mitad. La
remisión aparente de la sintomatología sin disminución del acortamiento
de la latencia del REM puede significar un gran riesgo de recaída. El
insomnio como síntoma aislado se ha asociado a la aparición posterior de
depresión en mujeres.
· Disminución del apetito y disfunción sexual por el compromiso
hipotalámico en la depresión. La serotonina modula los centros
hipotalámicos que regulan el apetito, y conjuntamente con la
noradrenalina regula las diferentes fases del funcionamiento sexual.
· Ideación suicida en un 60% de los pacientes, intentos suicidas en un
20% y suicidio en un 10-15% de los pacientes (75% de los que tienen un
primer intento lo vuelven a presentar más adelante) Los pensamientos e
intentos suicidas están relacionados con la disminución del 5-HIAA en
LCR e incremento de los receptores 5-HT2 postsinápticos. Entre 68
pacientes deprimidos se identificó una distribución bimodal de los
niveles de 5-HIAAen LCR; los pacientes con bajos niveles intentaron más
el suicidio que aquellos con niveles altos. Además, se ven implicados
también, un aumento del MHPG (metabolito de la noradrenalina) y del
cortisol y disminución del HVA (metabolito de la dopamina). El NIMH
Collaborative Program en la psicopatología de la depresión incluyó 954
pacientes con trastornos afectivos. Al cabo de 8 años de seguimiento el
3% habían cometido suicidio. Nueve características clínicas fueron
asociadas a éste: ataques de pánico, ansiedad severa, concentración
disminuida, insomnio global, abuso de alcohol moderado, anhedonia
severa, desesperanza, ideación suicida e intentos previo. En otro
estudio, síntomas tales como insomnio, autonegligencia y trastornos de
memoria se encuentran en mayor proporción en pacientes deprimidos con
intentos suicidas que en pacientes deprimidos que no se suicidan. Un
estudio realizado por Roy, muestra que sólo un 41% de los pacientes con
depresión que cometieron suicidio recibían tratamiento al momento de la
muerte, pero sólo un 45.9% de éstos recibía dosis apropiadas (18.8% del
total). El riesgo de suicidio es menos pronunciado durante el episodio
agudo severo de depresión mayor, "pero cuando la inhibición psicomotora
mejora, el paciente posee ya la energía para cometer el acto suicida".
· Trastornos en memoria reciente, debido a una limitada capacidad de
atención, consumida con pensamientos obsesivoides. Los pacientes
deprimidos tienen déficits en adoptar una estrategia activa de
agrupamiento semántico que les impide recordar adecuadamente una lista
de aleatorizada de palabras. Su memoria de desempeño a menudo mejora en
las pruebas de reconocimiento, compensando la dificultades de evocación.
Los trastornos de memoria pueden estar presentes en más del 50% de los
pacientes, con un 28.6% clasificando como demencia subcortical en
análisis de función discriminativa.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
1. Trastorno depresivo mayor con características melancólicas
Para este diagnóstico se requieren los criterios establecidos para el
trastorno depresivo mayor y características adicionales que hacen
referencia a una mayor severidad y endogenicidad (pérdida de reactividad
a estímulos antes llamativos).
2. Trastorno depresivo mayor estacional
Se caracteriza por episodios depresivos que comienzan en el otoño o
invierno y remiten en la primavera. Con metabolismo anormal de la
melatonina por poca exposición solar y con ausencia de estresores
sociales y psicológicos. Mínimo durante los últimos 2 años, sin
episodios NO estacionales ocurriendo durante este período, se
caracterizan por hiperfagia, hipersomnia, anergia, ganancia de peso,
apetencia por carbohidratos y enlentecimiento psicomotor (Michalon,
1993). Son frecuentes los antecedentes familiares de alcoholismo y
depresión mayor. Pueden presentarse también como parte de un trastorno
bipolar II, más que bipolar I.
3. Trastorno depresivo mayor con características catatónicas
Los trastornos afectivos mayores son probablemente la causa más común de
catatonía aguda, y contrario a lo que se sostenía en la primera mitad de
este siglo, la esquizofrenia es una causa rara
4. Trastorno depresivo mayor con características atípicas
Se caracteriza por la presencia de síntomas atípicos que no son
usualmente encontrados en la mayoría de los pacientes con trastorno
depresivo mayor: remisión temporal en respuesta a ciertos estímulos
(reactividad del ánimo), insomnio de conciliación, hipersomnia,
empeoramiento vespertino, incremento del apetito y peso, aumento de la
libido, ansiedad asociada, labilidad afectiva, disforia, marcada
adinamia, hipersensibilidad al rechazo e inicio temprano (jóvenes)... La
alteración del sueño debido al insomnio de conciliación conduce a
irritabilidad, hipersomnolencia y fatiga diurna.
5. Depresión geriátrica
Se presenta 4 veces más con respecto a la población general con
prevalencias de 14.6% en mujeres y 6.8% en hombre. Por otro lado, el
porcentaje de suicidios es 15 veces mayor en mayores de 65
y los pacientes suelen cronificarse. El inicio tardío del primer
episodio depresivo es el más estrecho predictor de cronicidad; los
trastornos neurológicos o médicos latentes contribuyen a las bajas tasas
de recuperación observadas en la depresión geriátrica.
La depresión psicótica (delirante) es una forma severa de trastorno
afectivo caracterizada por delirios o alucinaciones.
6. EVC(enfermedad cerebrovascular)
Parece predisponer a la depresión en un 30 a 47% de los afectados .El
compromiso del hemisferio derecho (corteza orbital derecha) se asocia
con síntomas maníacos como la euforia y a síntomas inespecíficos como la
indiferencia, placidez y minimización de las secuelas
8. Cáncer
Son de consideración los tumores cerebrales primarios, el cáncer
pancreático y el cáncer de pulmón . La depresión disminuye la función
inmunitaria y permite la progresión del cáncer.
9. Enfermedades cardíacas
La prevalencia de depresión mayor en pacientes que han sufrido un
infarto del miocardio hace 6 a 12 meses es del 20% al 30%.
10. Trastornos endocrinos
Enfermedad de Cushing (86% de los pacientes con este trastorno se
deprimen debido al incremento de glucocorticoides), enfermedad de
Addison, hiper e hipotiroidismo, hiper e hipoparatiroidismo, falla
ovárica o testicular, síndrome de enfermedad eutiroidea, hipo e
hiperglicemia.
11. Deficiencias nutricionales
Varias investigaciones han reportado una asociación entre deficiencia de
ácido fólico y depresión. Otro estudio encontró un nivel de folato
inferior a 150 ng./ml. en las células rojas en el 32% de 52 pacientes
severamente deprimidos, en estrecha relación con los niveles de 5-HIAA
en LCR. La desnutrición y el déficit de vitaminas B12, B6, B2 y B1
también se han asociado a la aparición de sintomatología depresiva.
12. Otras causas
Mononucleosis infecciosa, infecciones sistémicas (sepsis), infección
urinaria, pneumonía, sífilis, TBC, enfermedad de Lyme, colagenosis,
trastornos hidroelectrolíticos, ICC, falla hepática o renal.
13. Consumo de medicamentos u otras sustancias
Los antihipertensivos que depletan las vesículas presinápticas de
noradrenalina o que impiden su liberación, se han asociado a la
presentación de síndromes depresivos ; entre ellos están la
a-metil-dopa, Reserpina, Guanetidina, Clonidina (por su acción agonista
a2 presináptica a nivel central) y b-bloqueadores a dosis altas (con
menor incidencia para Atenolol y Nadolol por su baja lipofilicidad y
poca afinidad por el SNC). En tales casos se sugiere el cambio a un
inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina que incluso ha
mostrado tener efectos antidepresivo.
Otros medicamentos que pueden llevar a la depresión son los
antihistamínicos tipo H2 (por un mecanismo de acción desconocido), los
agentes anticolinérgicos como la Atropina, el Trihexifenidil y la
Benztropina (cuyo sostenimiento puede culminar en el desarrollo de
alucinosis visuales y delirium), los corticoesteroides (al parecer
dosis-dependientey desde la primera semana de tratamiento), los
esteroides anabólicos (22%), los anticonceptivos orales (5-7% en forma
de depresión atípica y relacionado con la concentración de progesterona
del preparado que al parecer incrementa la acción de la MAO), danazol
(20% en forma de depresión ansiosa), AINEs (letargia, disminución de la
concentración, anhedonia y apatía, dosis-dependientes).
Entre las drogas de abuso se
incluyen la intoxicación por alcohol e hipnosedantes y la abstinencia a
la nicotina, cafeína, alcohol e hipnosedantes,
cocaína, marihuana y
anfetaminas.
FORMAS PARA EVALUAR LA DEPRESION
Para éste estudio utilizaremos la Escala de Hamilton para la Depresion
(Hamilton Depression Rating Scale, HDRS)
Autor
M. Hamilton
Referencia
A rating csale for depression. J Neurol Neurosurg Psychiatr 1960;
23: 56-62
Evalua
La gravedad del cuadro depresivo
No. De ítems
Existen versiones de 6,17, 21 y 25 items.
Administracion
Heteroaplicada
DESCRIPCION
·
Consta de 17 ítems que evalúan el perfil sintomatológico y la gravedad
del cuadro depresivo
·
Ha de ser administrada por un clínico
·
El marco de referencia temporal es en el momento de la entrevista
excepto para algunos ítems, como los de sueño en que se exploran los 2
días previos
·
Para cada ítem la escala proporciona criterios operativos de puntuación
·
Se le critica el hecho de que está contaminada por síntomas de ansiedad
(9-11) y somáticos, lo que dificulta su aplicación en enfermos físicos.
·
Es la escala más utilizada en la actualidad
CORRECCION E INTERPRETACION
·
Proporciona una puntuación global de gravedad del cuadro y una
puntuación en tres factores o índices: melancolía, ansiedad y
sueño. (Bech, 1996). Tambien se ha descrito un factor de
vitalidad-enlentecimiento (Tollefson y cols., 1993)
·
La puntuacion global se obtiene sumando las puntuaciones de cada item.
Los puntos de corte de Bech (1996) son los siguientes:
o
0-7: no depresion
o
8-12: depresion menor
o
13-17: menos que depresion mayor
o
18-29: depresion mayor
o
30-52: mas que depresion mayor
El criterio de inclusión más utilizado en los ensayos clínicos es una
puntuación
³
18. Se considera remisión
cuando la puntuación es < 7
Las puntuaciones para cada uno de los índices se obtiene sumando las
puntuaciones de de los ítems que los constituyen: melancolía (1,2,7,8,10
y 13), ansiedad (9-11), sueño (4-6) y vitalidad (1,7,8 y 14).
[13]
TRATAMIENTO
No se han encontrado diferencias entre la eficacia de los distintos
antidepresivos, que se distinguen más por su perfil de efectos
secundarios. En conjunto, los pacientes toleran mejor los ISRS (y los de
nuevas generaciones).
La prescripción de antidepresivos es el único tratamiento para el que se
ha encontrado una clara evidencia de efectividad en depresiones graves y
en depresiones psicóticas (antidepresivos solos o en combinación con
psicoterapia). Para depresiones más leves o moderadas son eficaces los
antidepresivos, y también lo son algunas estrategias de psicoterapia
(solas o en combinación con antidepresivos).
Antes de las 4-6 semanas de administración de un antidepresivo no puede
ser desechado por su ineficacia, aunque evidentemente, en la práctica
clínica, no siempre puede esperarse tanto tiempo.
Una breve enumeración de los principales antidepresivos disponibles en
la actualidad. Inhibidores no selectivos de la recaptación de aminas
(Noradrenalina, dopamina, serotonina) :
Antidepresivos tricíclicos: amitriptilina,
clorimipramina, imipramina…
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina:
venlafaxina, mirtazapina
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS),
Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO) : Citalopram, escitalopram,
fluoxetina
Inhibidores selectivos de la recaptación de Noradrenalin: reboxetina
Efectos secundarios: sequedad de boca, estreñimiento, mareos, náuseas,
ansiedad, insomnio, cefalea… vértigo, temblor,
disfunción sexual, …
Periodo de latencia en la respuesta al antidepresivo: tiempo necesario
hasta que comience a manifestarse el efecto terapéutico del
antidepresivo (entre 2-6 semanas), 3 a 5 años en caso de recaída . Una
segunda recaída tras la supresión del tratamiento es indicación de
tratamiento durante un periodo indefinido de años.
Psicoterapia
1.Información y educación. Hay que informar al paciente y a su familia
acerca de la enfermedad. Se trata, por un lado, de establecer una
relación fructífera entre el paciente y el profesional, una relación de
confianza estable en el tiempo. Y que permita, en segundo lugar, una
aproximación conjunta a la comprensión de las vivencias psicológicas que
son motivo de sufrimiento. El médico debe acompañar, y reforzar, el yo
frágil del paciente, apoyándose en el establecimiento de esa relación de
confianza.
2. Psicoterapia de apoyo. Es imprescindible como complemento a los
antidepresivos en cualquier estrategia de tratamiento de la depresión.
Además de la información y orientación ya mencionadas, se busca el
refuerzo de las defensas del aparato psíquico del paciente; favorecer la
búsqueda de apoyo emocional en otras personas cercanas; empatía del
médico hacia la experiencia subjetiva del paciente.
3. Psicoterapias psicodinámicas breves. (Malan, Sifneos, Davanloo). La
psicoterapia psicoanalítica explora la presencia de una vida
intrapsíquica, que permanece inconsciente para el paciente, y que está
en el origen de sus síntomas. Estos serían el resultado emergente de la
confrontación entre las defensas del paciente y sus impulsos. La
psicoterapia trata de esclarecer y sacar a la luz de la conciencia esta
dinámica intrapsíquica.
4. Psicoterapia interpersonal (Klerman, Weissman). El proceso
psicoterapéutico se enfoca al análisis de los síntomas en cuanto surgen
en el contexto de los roles o comportamientos que adopta el paciente en
sus relaciones interpersonales.
5. Terapia cognitiva (Beck) y cognitivo-conductual. La psicoterapia
conductual pretende la modificación de algunas pautas de conducta, a
partir del análisis funcional del comportamiento, prescindiendo del
mundo intrapsíquico. Son varias las técnicas que han surgido de esta
orientación terapéutica: relajación, entrenamiento en habilidades
sociales, asertividad, técnicas de exposición a los factores estresante,
etc. La psicoterapia cognitiva resalta la importancia de las
cogniciones: pensamientos disfuncionales de culpa, inferioridad, visión
negativa de sí mismo y del entorno…Promover un cambio en estas
cogniciones es un elemento esencial en el tratamiento de la depresión y
en la prevención de futuras recaídas.
6. Otros tratamientos somáticos
Es frecuente el uso de ansiolíticos e hipnóticos como tratamiento
coadyuvante para la ansiedad. Los neurolépticos se utilizan en
depresiones con síntomas psicóticos.
Existen otros tratamientos que pueden ser valorados por el segundo nivel
asistencial ante situaciones especiales. La terapia electroconvulsiva
(TEC) y la fototerapia.”
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